Uno de los eventos recreativos más tradicionales del país es la Feria de Loja, la cual se realiza cada año en la capital de la provincia como un homenaje a la Virgen de El Cisne.  Según archivos históricos, la Feria fue impulsada por Simón Bolívar en 1829, debido a su devoción católica y como fomento económico para las poblaciones del sur de Ecuador.

El pasado 23 de agosto se inauguró la edición 188 de este evento, que da protagonismo a los proyectos de innovación, industria y productividad de Loja, e impulsa la comercialización de distintos artículos, como útiles escolares e implementos agrícolas, matizado con presentaciones artísticas y venta de comidas típicas.

Con el propósito de precautelar la salud de los cientos de ciudadanos y turistas que visitan el complejo ferial, técnicos de la coordinación Zonal 7 de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, Arcsa, realizan controles permanentes a las condiciones higiénico-sanitarias de los locales de expendio de comidas.

Dentro de dichas actividades, se realiza la medición de la calidad de los aceites utilizados para frituras; además, se constata que los utensilios estén limpios y se aplique el correcto almacenamiento de los alimentos, que el personal cumpla con la higiene personal y se les indica los riegos de las enfermedades que podría ocasionar una mala manipulación de alimentos, entre otros temas.

De igual forma, los técnicos de Arcsa brindan asesoría a los emprendedores para la obtención simplificada de la Notificación Sanitaria de sus productos, certificación que les permitirá expandir su mercado.

“Nuestra prioridad es cuidar la salud de los ciudadanos a través de capacitaciones y controles”, manifestó Verónica Loaiza, coordinadora zonal 7 de Arcsa, “por eso trabajamos de la mano con nuestros emprendedores y hemos logrado que la mayoría de ellos mejoren sus servicios”.

Los controles y las socializaciones de Arcsa en el recinto se mantendrán hasta que finalice la Feria de Loja, el próximo 10 de septiembre.

 

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