Personal técnico de la coordinación Zonal 3 de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, Arcsa, realiza controles permanentes a los dispositivos médicos que se expenden en establecimientos de salud públicos y privados, así como en clínicas y hospitales de las provincias de su jurisdicción (Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Pastaza).

Se define como dispositivo médico a cualquier instrumento, aparato, implemento, material o cualquier otro artículo similar o relacionado, destinado al diagnóstico, prevención, supervisión, tratamiento o alivio de una enfermedad.  Los más comunes son: sondas, jeringuillas, suturas quirúrgicas, algodón, gasa, entre otros.

María Eulalia Villacís, técnica de Arcsa Zona 3, explicó que el objetivo de los operativos de control a dispositivos médicos es “verificar que los mismos cumplan con la normativa sanitaria vigente, así como con las normas de etiquetado del producto, registro sanitario, fecha de elaboración y caducidad, lote, precio, entre otros, a fin de precautelar la salud de la población”.

Posterior a dichos controles, los técnicos de Arcsa proceden a realizar un informe si los dispositivos cumplen o no los parámetros de calidad, con el objetivo de notificar de inmediato al distribuidor o fabricante del producto para que éste realice los cambios necesarios.  Además, de acuerdo con el informe emitido, se podrá establecer la sanción pertinente.

Danilo Benalcázar, coordinador Zonal 3 de Arcsa, realizó un llamado a la ciudadanía para que verifique que todos los productos de uso y consumo humano que se adquieran en cualquier establecimiento, contengan registro o notificación sanitaria para evitar perjuicios a la salud: “Pretendemos que la ciudadanía use y consuma productos inocuos y seguros; he ahí el motivo de nuestros controles y operativos diarios”, comentó.

 

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