Fecha de publicación: 18/06/2019

Con el objetivo de combatir la resistencia bacteriana, un problema de salud mundial, técnicos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) verifican que los antibióticos en establecimientos farmacéuticos de Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua y Pastaza sean dispensados únicamente bajo receta médica.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia bacteriana se produce cuando los microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos) sufren cambios al verse expuestos a los antimicrobianos (antibióticos, antifúngicos, antivíricos, antipalúdicos o antihelmínticos, por ejemplo). Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación a otras personas.

Como parte de este tipo de control, los analistas revisan el archivo de recetas del establecimiento farmacéutico, en el cual se verifica que cada medicamento dispensado cuente con su receta médica de respaldo.

De acuerdo al Art. 153 de la Ley Orgánica de Salud: “Todo medicamento debe ser comercializado en establecimientos legalmente autorizados. Para la venta al público se requiere de receta emitida por profesionales facultados para hacerlo, a excepción de los medicamentos de venta libre, clasificados como tales con estricto apego a normas farmacológicas actualizadas, a fin de garantizar la seguridad de su uso y consumo”.

Belen Flores, analista zonal de Arcsa, comentó al respecto: “Las prácticas tanto de higiene, como de medicación de las personas, forman parte de una cultura que debe ser cambiada de inmediato. La automedicación tiene graves consecuencias, ya que es como dejar al cuerpo desarmado frente a una invasión, que en este caso representan las enfermedades”, dijo.

Arcsa recomienda no automedicarse, ni adquirir medicamentos que no sean de venta libre sin la debida receta médica.

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