Cocadas, aplanchados, quesadillas, espumilla, pristiños, rosero, colaciones, mistelas, maní confitado, helados de paila y otros tradicionales dulces forman parte de la herencia gastronómica de la ciudad de Quito, y han conquistado los paladares de propios y extraños durante décadas.  Es tanta su relevancia dentro de la cultura quiteña que desde 1999, el Museo de la Ciudad organiza la Feria de Dulces Tradicionales, uno de los mayores atractivos de la agenda de verano en la capital y que en todas sus ediciones ha convocado miles de visitantes.

Este año, la popular feria tendrá lugar del 16 al 19 de agosto en la sede del Museo de la Ciudad.  Con el fin de garantizar que se apliquen las adecuadas normas sanitarias tanto en la preparación como la exposición de los dulces para seguridad de los turistas, la Coordinación Zonal 9 de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) capacitó sobre prácticas correctas de higiene a los dulceros que participarán en el evento.

La capacitación fue brindada el pasado 4 de julio, y brindó oportunidades de mejora relacionadas a la correcta manipulación de alimentos de los emprendedores quiteños, para asegurar el manejo adecuado de sus productos y la inocuidad alimentaria en la feria.  Amira Espinoza, jefa de operaciones del Museo de la Ciudad, aseguró que “este taller sin lugar a dudas fortalece a los artesanos y les otorga las herramientas necesarias para que la Feria de Dulces Tradicionales se lleve de la mejor manera”.

Con estas capacitaciones, Arcsa contribuye a garantizar la calidad y seguridad de las expresiones gastronómicas tradicionales del Ecuador para el cuidado de la salud de sus consumidores.

 

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